DOS CIELOS
La visita al Dos
Cielos se produjo el segundo día después de su reinauguración. Este dato es
importante ya que quizá no estaba el
personal lo suficientemente rodado como para ofrecer a sus comensales lo que
uno esperaba de ellos.
O bien pudiera
ser al contrario, quizá sí, quizá nos presentamos en el restaurante con unas
excesivas ansias de dar por sentado que sería una cena extraordinaria por el
mero hecho de “ser vos quien sois”.
No aconsejaron
que fuéramos directamente al menú degustación, 65€ sin vino. La insistencia
fue ya preocupante, pero pensamos que al ser el segundo día que estaba funcionando,
quizá les faltaba rodaje,y nos dejamos llevar por ese gran error, para mí, que es pedir
un “menú degustación”-
Dani García ya ha
iniciado su propia cruzada contra el menú degustación, lo que ha llegado a
clasificar como la “tiranía” y algo de razón tiene. De todos es sabido que muchos platos de los
menús degustación, sobre todos los fríos, que hay unos cuantos, no necesitan preparación
inmediata, pueden estar en la recámara y dispuestos a ser presentados. Esto facilita
la labor a los Chefs una barbaridad; no es lo mismo 50 comensales comiendo
todos lo mismo que 50 comensales a la carta y cada uno pidiendo lo que
realmente le apetezca. Y si lo que realmente se pretende es que podamos ser
capaces de visionar la imaginación del Chef, también se puede demostrar en la
carta.
Quiero dejar
claro que en el Dos Cielos había carta pero, insisto, nos invitaron muy cordialmente
a disfrutar de su magnífico menú degustación.
Fue un menú que paso a detallar:
Nube crujiente
rellena de crema de Macis.
Abrazo de
invierno.
Ensalada de
colinabo con trufas melanosporum, setas y Tamarindo.
Lágrimas verdes
con jamón ibérico.
Liebre escondida,
pan al vapor y salsa de trufa Melanosporum.
Limón, romero y piñón.
Plátano de
Canarias 5 especias.
La Joya.
Para beber, un
extraordinario “Pujanza Valdepoleo 2011”, sensacional Rioja que fue una de las
mejores elecciones de esta singular velada.
En definitiva, tendremos que volver, tendremos que venir a probar la carta y salir de dudas, y
quizá en ese momento tenga que reconocer que la cocina es extraordinaria y que
el equivocado soy yo.
Nada que objetar
de la presentación de los platos, de su vistosidad y colorido. Otra cosa el
fondo y hasta en ocasiones la temperatura de los mismos. Otra cosa que nos
preocupó, segundo día de apertura y los hermanos Torres ni estaban ni se les
esperaba. Cada uno hace lo que quiere en su casa, faltaría más, pero a las 48
horas de la inauguración, de la presentación de la nueva carta…. En fin, aquello
de que el ojo del amo engorda el ganado tiene aquí su máxima expresión.
Por cierto, magnífica ubicación en la planta 24 del hotel Meliá Sky, con unas vistas inmejorables sobre la ciudad.
Dos Cielos Hotel Meliá Bcn Sky · C/ Pere IV, 272 - 286 · Telf. +34 93 367 20 70
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