EL RINCON DE GOYA

Me encontraba en Madrid y, entre reunión y reunión decidí aprovechar el tiempo y darme un pequeño homenaje en solitario en El Rincón de Goya. El Rincón de Goya es de esos clásicos de Madrid que siempre están ahí, con un público fiel, una excelente relación calidad-precio y una magnifica materia prima.


El resultado, unos platos sin excesivas complicaciones pero de una magnífica calidad y tratados con esmero y cariño. Realmente no hay más secretos. Hay que resaltar su bodega, es realmente espectacular, con más de 400 referencias de todas las denominaciones de origen del país, así como caldos franceses de excelente calidad, un lujo, un auténtico lujo a un precio competitivo.


Bueno, al grano que siempre me pongo a escribir y me olvido aquello de “he venido de hablar de mi libro”, que grande D. Francisco Umbral.
De primero, y ya que estaba solito y no podía compartir con nadie, me pedí un plato degustación que me pareció la mejor manera de empezar: Taquitos de queso brie relleno de salmón ahumado, que estaban de llorar, cremosos, bien rellenos y que invitaban a pedirte una ración entera.

Tengo que decir que la carta del Rincón de Goya es absolutamente recomendable en lo referente a sus primeros platos para compartir en mesa. Un rollito crujiente de marisco y verduras, una croqueta casera de hongos y carabineros, pues igual que los taquitos de brie, si me ponen media docena, seguro que doy cuenta de ella. Un erizo de mar a la holandesa y huevo de codorniz y, por último, lo que fue el top ten y, permitirme que abra comillas, “Cecina de Kobe con toque de aceite de oliva”. No sabría como describirlo, se podrían terminar absolutamente todos los adjetivos de la RAE. Mucho se habla y se escribe del Kobe, no sé si hay o no parafernalia, que seguro que sí, en una carne que creo ronda los 100€ el Kg, pero hay que reconocer que esta cecina era deliciosa, y así lo manifiesto.


De segundo di cuenta de un estupendo corte de lomo argentino fileteado con sal en escamas; lo sirvieron acompañados de sus patatas panaderas y de tres salsas diferentes: una de carne, otra de mostaza antigua y la última de pimienta.


Una carne magnífica en su perfecto punto de cocción, tierna y sabrosa, muy sabrosa.
Al postre no llegué, y aun así me sirvieron con el café un par de trufas caseras, que estaban deliciosas.
El coste total con una cerveza que tomé al llegar, que por cierto me la sirvieron con un par de aperitivos, y un par de copas de vino para comer fue de 40 €.
Bueno, pues si alguno se desplaza por la capital, ya sabéis, más que aconsejable.

EL RINCÓN DE GOYA  c/ Lagasca 48 · Madrid · Telf. 914357608

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