MAS PAU

Situado en una antigua Masía del S.XVI, totalmente restaurada, y desde donde hace 25 años trabajan para alcanzar el prestigio y reconocimiento tradicional que tiene actualmente, reconocimiento que se consigue a base de trabajo, esfuerzo e imaginación, tres parámetros que no faltan en esta casa.
Una excursión que realizamos con los Lluch y que, a pesar de los 140 km que tuvimos que recorrer para llegar, hay que reconocer que vale la pena. Figueres está a 4 km del restaurante y es una buena opción para pasear después de la magnífica comida.
La carta de este estrella Michelín, varía hasta cuatro veces al año, según la temporada, y en cada una de ellas se puede disfrutar de un menú degustación que te ofrece lo mejor de la estación en la que nos encontramos. Un menú armónico, elaborado y completo. El precio es de 70 € y se sirve por mesa completa.
En nuestro caso fue el “Menú degustació de Tardor”, que se inició con una copa de cava para acompañar los Snacks y tapas que nos sirvieron: Daiquiri, Macarrones de arroz al pesto, Caracola de pan con tomate y jamón, Crujiente de Bacalao, Bombón de Mozzarella y croqueta de buey de mar.


Todos ellos, como se puede apreciar en la fotografía, de cuidada y trabajada elaboración. Seguimos con un canelón de pasta de foie-gras con espárragos del Ampurdán.
Sopa de bolets con esponja de ceps y aceite de tartufo. Un plato de extraordinaria complejidad, con una esponja que había que probar antes de que se diluyera, en el momento que se incorporaba el caldo caliente desde una jarrita. Es bien cierto que al hablar de complejidad no sea tanto por su elaboración, que la tiene sin duda, como por el  montaje del plato, que quizá es lo más importante a la hora de desarrollar una preparación; logar que sea agradable a la vista, es decir, no olvidar aquella máxima de la nouvelle cuisine de que la comida tenía que estimular los cinco sentidos, especialmente la vista.

Corbina con salsa verde y ensalada de mar, trinxat de boniato y azafrán. También sensacional, con un magnifico punto de cocción y para mí, un sorprendente trinxat de boniato y azafrán. Esto es aprovechar los platos de temporada.
Pato de bellota cocido a baja temperatura con rustido de cebolletas y castañas.
Fue, sin duda alguna, la culminación a una gran jornada. Nunca había probado nada igual, un pato criado con bellota en su última etapa de vida. La bellota hace que el punto de fusión de la grasa descienda con lo cual la textura es superior, el efecto que tiene la bellota en la infiltración de grasa en la carne, es espectacular, y desde aquí invito a los aficionados al pato que no dejen de probar esta variedad. El sabor, el prensado de la carne y la capa de piel tostada y asada a baja temperatura tenía autenticas reminiscencias de estar saboreando un tostón ibérico.
Como postre nos ofrecieron una espuma de chufa, granizado de café y crema de jengibre. Muy bueno, divertido.
Calabaza, mousse de chocolate con leche, cacahuetes y helado de ratafía. El helado extraordinario, el resto quizá demasiado invadido por el cacahuete.
Nos sirvieron con los cafés unos Petits Fours, muy bien elaborados, en especial la nube de chocolate blanco.
Para beber un Blanc de Blancs C. Perelada de la D.O. Empordá. Me encantó.
MAS PAU   Ctra. de Figueres a Besalú. Avinyonet de Puigventós. Telf. 972546154

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