FONDA ESPAÑA
Visita a la Fonda
España, uno de los muchos restaurantes dirigidos y asesorados por Martín Berasategui.
Tienen un menú de
lunes a viernes de 28 € que parece bastante razonable aunque nos decantamos
directamente por la carta y así tener la posibilidad de valorar mejor la
cocina. Un menú es un menú y donde no valen escusas de ningún tipo es en la
carta.
Tiene en la misma
unos platillos (para picar) que la verdad, por sus “definiciones” , apetece
bastante lanzarse a ellos directamente y olvidarse de los primeros. Así lo hicimos
y pedimos los siguientes:
Galleta de pie de
cerdo con changurro y mahonesa picante. Un extraordinario inicio. La
presentación original y la confección del aperitivo eran una pura armonía.
Delicioso.
Buñuelos de
bacalao y ali oli a la brasa. Más de lo mismo, otro bocado de lujo sencillo pero
logrado y muy bien ejecutado.
Croqueta de cap i
pota, anguila y manzana. Pues nada que
objetar, rallando la perfección, melosa por dentro, perfecta fritura .Como
tienen que ser las croquetas.
Hasta aquí nada
que objetar, iniciamos el almuerzo con la idea de que habíamos acertado, de que
el lugar no nos dejaría indiferentes y que la elección había sido un acierto.
Pero llegó el
segundo plato y cometimos el tremendo error de pedir un “Arroz de la Fonda”
Ya al pedirlo
algo me hizo sospechar ,“es de ceps” comentó el maître. Coño y a mí que más me
da de lo que sea mientras esté bueno.
Por el nombre uno
ya puede intuir de que se trata de un arroz de montaña y que no va a estar
rodeado de excelentes gambas y magníficas cigalas. Uno ya sabe lo que pide y
sobre todo lo que espera.
Un desastre, un
auténtico desastre. Pasado de cebolla con lo cual si en la picada pones mucha
cebolla, luego ten el cuidado de corregirlo de sal. Soso hasta decir basta,
pasado como cualquier arroz a la cubana, sin la más mínima gracia y sin la
profesionalidad exigida de probarlo antes de sacarlo a la mesa, ya que en un
lugar que se precie, como parece ser que es La Fonda España, es un delito poner
en la mesa un arroz así.
Uno de los platos
se quedó entero, a nadie le extrañó, nadie quiso preguntar si pasaba algo, lo
que ya de por sí define la situación.
Un arroz, señores míos, no es cuestión solamente de un sofrito potente, no se puede hacer arroz al
tuntún, el sofrito es la madre de todos los arroces, si éste está logrado y
trabajado y si tiene cuidado en el punto de cocción, cualquier arroz se
convierte en una obra de arte. Nunca, jamás de los jamases el arroz tiene que ser
pastoso, como lo era éste, por el contrario, poco cocido.
Una pena que echó al traste una comida que empezó con una muy alta expectación.
De Postre, una
torrija, mango y leche de oveja ahumada. Perfecto, muy rico.
Para beber un Valdemacuco,
un tempranillo de la Ribera del Duero.
El precio medio
de lo aquí plasmado es de 55 €.
Lo que prometía
como un excelente almuerzo, se quedó en un inconmensurable aperitivo, ese es el
resumen. Quizá empieza a ser hora de olvidarse de pedir tanto arroz, por mucho
que me apasione, por mucho que nunca me canse de tomarlo, la dura realidad es que
en mi ciudad siguen sin saber hacer arroz, alarmante pero cierto. Una pena.
FONDA ESPAÑA C/ Sant Pau 9-11 · 08001 Barcelona · Telf. 935500000