CARMELITAS

Últimamente me muevo bastante por el casco antiguo de la ciudad y la verdad  es que de vez en cuando haces, sin querer, algún descubrimiento. Realmente es complicado, ya que por desgracia está todo o casi todo destinado y dedicado en exclusiva al turismo, numeroso por otra parte, que invade la zona. Da realmente pena comprobar en qué se han convertido bares como el Irati, barras que fueron algo importante a nivel de pinchos, hoy es un auténtico despropósito, al igual que el 99,9 % de los bares de pinchos de la Rambla de Barcelona, plaza de la Catedral, calle Fernando etc, etc.
Sales de trabajar, tienes poco tiempo y encima pocos, poquísimos sitios.
Hoy voy a hablar de uno que encontré por casualidad, se llama Carmelitas y estaá concretamente en el Raval; dicen que debe su nombre a un antiguo convento que se ubicaba en la zona. Lo desconozco. Salimos tarde de trabajar y fui a cenar con mi amigo Carlos de Moy, la verdad es que la sorpresa fue grata, muy grata. Era tarde, pasadas las 23.00 h. poca hambre y la única necesidad de matar el gusanillo.
El local es grande, cuidado, con exposiciones colgando de sus paredes, mesas sin mantel, servilletas de tela, aquellas de cuadros, con un marcado estilo años 60, un local tranquilo donde no hay sobresaltos musicales y lo único que quizá hechas en falta es un poco más de luz, bueno bastante más luz. La verdad, cenar con un amigo a la luz de una vela en un vaso no es lo más apetecible, pero en fin, supongo que forma parte del conjunto.
La carta es variada y está compuesta por una primera parte de tapas y unos cuantos platos de carta. Buena bodega, no extensa, pero bien servida.
Pedimos unas tapas: unos buñuelos de bacalao (5€), la verdad es que los encontramos riquísimos, esponjosos, fritos al momento, sin recalentar y con sabor a bacalao (que difícil) felicidades.
Compartimos unas croquetas de pollo y jamón (4€) donde también se denotaba ese sabor casero, bien elaboradas, no de gran tamaño pero si muy bien hechas, compactas y al igual que lo anterior fritas en el momento. Como se agradece en estos sitios la ausencia del microondas, ¿no?
Nos aconsejaron unos huevos rotos con butifarra de Calaf y patatas de Prades (7 €). La verdad es que estaban muy ricos, de los mejores que he probado y lo que marca la diferencia es sin lugar a duda el huevo utilizado, un huevo ecológico de corral de aquellos de antes, con una consistencia inusitada, nada parecido al huevo estilo papel de fumar que se lleva habitualmente. El ser vecino de la Boqueria es lo que tiene, no hay escusa alguna para que la materia prima sea la que tiene que ser.
Por último nos tomamos un plato de pasta con tomate seco y olivas negras (9 €) eran fettuccine y hay que decir que estaban extraordinariamente buenos. Les pusimos un poco de parmesano por encima y el sabor era ideal, un plato sencillo pero que no te deja indiferente, la cocción de la pasta perfecta y recalco el sabor mediterráneo del plato. Un acierto, de 10.
Llegó el fin de semana y bajamos al centro con la familia Lluch, repetimos la experiencia y resultó igual de extraordinaria que el primer día, 100% satisfactoria. Pero cometimos un error, pedimos un coctel y aquí sí que volvimos al principal de los pecados capitales de la zona “pensar que todos los que han de venir son turistas “ y eso amigos no es así. Si se hace un mojito se hace bien, poner hielo picado, menta, ron y azúcar lo hace cualquiera, que sepa a algo, que puedas identificar los componentes, que no te dé un coma diabético al tomarlo, ya es más complicado. Cuando vi que lo metían en un vaso mezclador, ya lo pensé, “mal vamos”. Quizá el error fue mío por salirme del guión y no pedir Gin Tonic, lo haré la próxima vez y lo juzgaremos.
CARMELITAS C/ Doctor Dou 1 · Barcelona · Telf. 934124684

Entradas populares

COLMADO