BALSÀMIC

El pasado 14 de enero celebramos el 50 aniversario de mi hermana Mercedes y como la fecha lo merecía, Manolo y Beatriz le organizaron una de esas fiestas sorpresas que la verdad fue sensacional, fenomenalmente dirigida por nuestro otro hermano y por su hija, donde no faltó el mínimo detalle y donde consiguieron reunir a toda la familia y amigos más íntimos, algunos de ellos llegados de fuera de Barcelona. Desde aquí mi reconocimiento al trabajo y la dedicación que tuvieron. A no todo el mundo le pueden gustar las fiestas sorpresas, pero la mayoría de la gente aprecia el mero hecho de pensar el esfuerzo y las horas que hay detrás de ella. El éxito depende siempre de lo bien organizada que esté, y la de mi hermana, fue un 10.
Después de este preámbulo diremos que se celebró en un restaurante que yo personalmente desconocía, escondido en la zona alta de la ciudad y donde nos sirvieron una cena extraordinaria, tanto en su presentación como en su elaboración, con un menú bien diseñado y escogido, en cantidades suficientes y en su perfecto estado de cocción.
La dificultad la tiene, no es lo mismo que sirva un “banquete” un local que está preparado para ello, a que lo haga un restaurante, la dificultad estriba en ser capaz de servir segundos platos para 30 personas y que todos estén en su punto no solo de cocción sino también de temperatura.
A lo que vamos, de primero “ensalada crujiente de queso de cabra asado con cebolla caramelizada, pera y piñones”. Los que me conocéis sabéis que no soy nada amante de las ensaladas, pero la pinta era extraordinaria, sí probé el queso con la cebolla y estaba fenomenal.
Habitas salteadas con virutas de jamón ibérico al aroma de menta. Un plato sensacional, estaban en su punto y el toque de menta convierte un plato a priori contundente, en un aperitivo refrescante y fácil de digerir. Muy buenas.
Daditos de brie con mermelada de tomate natural. Muy buenos, con un perfecto rebozado y todo el brie en su interior sin romper. La precipitación y emoción impidió que me acordara de hacer la foto. Mis disculpas.
Chipirones a la andaluza, muy buenos y al igual que el anterior plato, a destacar su perfecto rebozado. Crujientes y sabrosos.
De segundo las opciones fueron varias, en mi caso un fenomenal entrecotte de ternera gallega a la parrilla con gratén de patatas. La otra opción era una brocheta de rape y gambas a la plancha con verduritas al wok.
Mi carne estaba perfecta, la pedí poco hecha, y así me la presentaron, tierna y jugosa con un acompañamiento de patatas. Fenomenal.
También tuve la ocasión de probar la brocheta de mi madre, sentada a mi lado, y tengo que reconocer que estaba muy rica.
De postre, la tarta con sus velas, que no probé, al decantarme por un sorbete de limón al Marc de Cava, o quizá habría que llamarlo Marc de Cava al sorbete de limón. Realmente había un exceso de Marc, que eliminaba cualquier rastro de sabor a limón.
En definitiva, un restaurante a tener en cuanta y donde pienso volver, un restaurante que si son capaces de trabajar los productos para una multitudinaria mesa, seguro que deben bordarlo para dos comensales.
El resto, reiterar mi felicitación a Mercedes y a todos los que contribuyeron en la organización de esta magnífica y merecidísima fiesta.
Gracias.
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