OBE

Es una mera casualidad el hecho de que últimamente estemos visitando restaurantes italianos, pero Obe era una de los que faltaban, un restaurante con apenas un mes de vida, y que intenta hacerse un hueco entre los grandes italianos de la ciudad, seguro que trabajando como lo hacen, lo conseguirán.
No son tiempos fáciles y solamente por el espíritu emprendedor que demuestran, vale la pena tenerlos en cuenta. La carta es completa, muy completa, con una variedad de platos importante y donde uno personalmente, y es solo una opinión, sólo falta algún plato más de pasta, pero juzgamos lo que hay, y lo que hay es sencillamente sensacional.
Para empezar un Cannoli de pan de Toscana relleno de crema de bacalao con tomatitos confitados. Vamos, lo que aquí llamaríamos una brandada de bacalao. La verdad es que estaba buena, muy buena y sobre todo con una exquisita presentación de los platos, lo que fue una constante toda la noche.
Seguidamente, un salmón marinado a las hierbas con mantequilla a la sal de las Hawai. El salmón era extraordinario, pero la combinación con esa mantequilla a la sal negra, una de las más apreciadas de la alta cocina, proporciona un sabor único, realmente sorprendente.
Una Tulipa de parmigiano con ensalada tibia de manzana y speck. Solo con ver la fotografía se puede juzgar este plato. Estaba como su presencia. Sensacional.
Los segundos platos fueron codillo de cerdo cocinado a baja temperatura sobre puré de patata. Fue quizá la única pega del almuerzo. Tanto Nani como yo, lo encontramos un tanto insulso, nada que un poco de sal y pimienta un pudiera arreglar.
Una lasaña con ragú blanco y queso provolone, que fue una auténtica delicia. La verdad es que una de las mejores que he probado en mi vida. Sensacional. Felicidades.
De postres, nos deleitaron con un flan de chocolate al 70% con salsa inglesa. De difícil explicación, uno de esos postres donde a uno se le podrían terminar los adjetivos a la hora de describirlo. Un 10.
Un caprese al chocolate y frappé de naranjas rojas. Correcto.
Y una tarta tatin.
Nos obsequiaron con un postre que está a punto de incorporarse a la carta y se trata de un mini panatonne servido con granizado de naranja. Todo un acierto.
La carta de vinos es muy extensa, todos ellos vinos Italianos pero con cerca de una treintena de referencias solo en tintos y otras tantas entre blancos y espumosos.
Pedimos consejo al desconocer por completo los vinos italianos; finalmente nos sirvieron un Pinot Nero, un vino joven de la variedad Pinot Noir muy ligero y afrutado, muy cerca de un rosado de “color rojo”.
Unas excelentes grapas pusieron fin a un nuevo descubrimiento en la ciudad, en Ciutat Vella, en la plaza de Santa Caterina nº 1. Desde aquí felicidades por la iniciativa y muchos éxitos, que estoy seguro que llegarán. Precio más que correcto: 32 € por persona.
OBE     Pl. Santa Caterian, 1 · 08003 Barcelona ·Telf. 932682365

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