LA TABERNA DEL SUCULENT
No sé
si me debería considerar cliente habitual. Es realmente difícil poder medir el
término habitual, pero sí reconozco que visito con frecuencia esta magnífica
Taberna, desde los pocos días de su inauguración.
Es
bien verdad que el tener el trabajo tan cerca también ayuda, pero creo que aun
sin trabajar por la zona seguiría acercándome a este rincón tan singular.
Motivos, el primero y de verdad en este caso más que importante, el trato recibido desde
el primer día. Profesional, educado, siempre pendientes de que nunca falte
nada, siempre atentos a que todo esté de tu gusto y en los momentos de máxima
afluencia de gente nunca pierden la sonrisa. En una palabra, profesionales de
verdad, como los que tenía en otra época su hermano “Suculent”, que para su
desgracia ha cambiado desde el primer al último camarero. No sé ni me importa
el motivo, lo que si sé es que yo tardaré en volver, y algún día explicaré el
porqué.
La
Taberna tiene una carta justa, equilibrada, con tapas frías y calientes bien
elaboradas y con una excelente materia prima.
El día
que nos ocupa empezamos con unos buñuelos de bacalao (5.50 €) esponjosos, ricos
y coronados con una pequeña porción de mousse de ajo negro.
La albóndigas
(8.90 €), que en este caso son de mar y montaña, carne y sepia acompañadas en el
centro con un puré de patata y coliflor, sensacional.
Chipirones
con quinoa (8.80 €) rellenos de sus propias patas y acompañados de la quinoa
que proporciona un punto de picante muy interesante.
La
tortilla de patatas (6.50 €) esponjosa, crudita, muy bien elaborada, ideal
acompañarla con el pan con tomate.
Tortillitas
de camarones. Obsérvese la foto, ¡si se ve hasta el camarón! Difícil de
encontrarlas tan ricas como éstas.
Podría
seguir hablando de otras muchas tapas que nos ofrecen, como el “brazo de gitano
de patata”, una tapa de una original ensaladilla rusa donde el rollo es la
patata y en su interior están el resto de ingredientes.
O las ortiguillas, que
me apasionan (hoy no había) o la insuperable sardina ahumada con papada Joselito; otra tapa para no olvidar.
También extraordinario el tomate relleno.
Para
beber, una de las mejores cervezas de la ciudad, la Estrella sin pasteurizar y
sobre todo “bien tirada”, con arte, cariño y sin prisa. Para mejorar y superar lo
insuperable ya tienen hasta cafetera.
El precio medio por persona es de unos 25-30 €, pero sin duda vale la pena.
El precio medio por persona es de unos 25-30 €, pero sin duda vale la pena.
Poco
más que añadir, aconsejo una visita a este local. No defrauda ni la vianda
ni el trato. Felicidades.
No reservan, pero la cocina es ininterrumpida de 13.00 h a 24.30 h (cierran el miércoles)
LA TABERNA DEL SUCULENT Rambla
del Raval, 39 · 08001 Barcelona
Comentarios
Una pregunta, ¿como es que la quinoa aporta un punto picante? Y verde... Eso debe llevar algo más.
Salut!!
Lo que hay ahora no tiene nada que ver, ni saben ni aprenden y lo peor parece que te conozcan de algo. A mí no me llama chico nadie, pero que falta de respeto, no sé de donde los sacan.